Puedo decirte con sinceridad que este viaje espiritual ha sido una aventura. He amado cada una de las estaciones y cada etapa. ¿Por qué? Porque he descubierto que todas fueron necesarias. ¡Mi actitud siempre ha sido la siguiente: si es necesario avanzar al siguiente nivel, que así sea! ¡YO SÉ, sin lugar a dudas, que mi Dios es fiel! No solo eso, Él no permitirá que sea tentado más allá de lo que pueda soportar.
Mira, esto se trata de confiar en Aquel en quien has creído. ¡Por eso puedo descansar con certeza en Su paz, la paz que solo Él puede otorgar, la paz que sobrepasa todo entendimiento!
No me creerías si te digo que he aprendido a disfrutar la prueba de mi fe y las aflicciones, ¿verdad?
Eso suena falso e inhumano, y lo entiendo totalmente. Nadie lo entenderá realmente hasta que experimente el misterio por sí mismo. Es difícil de creer, pero es la verdad! En Dios, cada día aprendes algo nuevo y hermoso, y por eso lo llamo una aventura.
Esas son las cosas que me conmueven y me mantienen tan apasionada. Hay una dulzura en la palabra de Dios, ¡me encanta! Ciertamente me da gozo cada mañana y me consuela por la noche. La vida tiene un sabor diferente cuando Él toma control de tu vida y te entregas por completo a Él y a Su propósito. ¡Solo entonces te conviertes en un instrumento de justicia para la gloria de Su NOMBRE!
Concluiré este pensamiento con dos escrituras que reflejan mis creencias:
1 Pedro 1:7
“Que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro que perece, aunque sea probada con fuego, sea hallada en alabanza, honra y gloria, cuando sea manifestado Jesucristo.”
2 Corintios 4:17
“Porque esta leve tribulación, que es momentánea, produce en nosotros un peso eterno de gloria mucho más excelente.