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Mi amor apasionado por Dios, el creador de todas las cosas, comenzó en 2010.
Antes de ese año, yo conocía de Dios, pues había asistido prácticamente a una iglesia toda mi vida… y lo amaba, pero no como a Él le agrada, con toda mi mente, todas mis fuerzas, y con todo mi corazón!
Le conocia solo de oídas y de emociones. ¡Solo repetía las palabras que escuchaba o lo que me enseñaban! No había una relación personal, no había una comunión intima.
Me gustaban y disfrutaba más las alabanzas y los cánticos que la palabra de Dios. La verdad, no es que no me gustara la palabra de Dios, pero prefería más los cánticos y alabanzas.
En 2010, TODO CAMBIÓ.
Entró un deseo en mi corazón de buscarle de todo corazón, sin reservas. Un profundo anhelo de conocerle a fondo, más allá de lo visible y lo normal.
Entonces comencé a estudiar y escudriñar su palabra como nunca antes con mucha atención y cuidado, como si en ella encontrara una fortuna escondida… una fortuna que enriquecería mi vida para siempre. Y la encontré.
Nota importante: Busqué y busqué de todo corazón, pero no para establecer mis creencias o mi propia opinión, sino con un corazón humillado ante su presencia, un corazón deseando conocerle aún más allá de una religión… con el deseo de obedecer!
¡Quería algo personal! Un encuentro que nadie podría manipular con ninguna elocuencia.
Fue algo especial, algo tan real. Mi vida jamás ha sido igual.
Su espíritu, que habita en mí, es el responsable de revelar sus secretos, y aunque no lo se todo, estoy maravillada. En Él, encontré la verdadera libertad. ¡Soy libre para adorarle, soy libre para vivir una vida sana y los parámetros que Él ha establecido! Soy libre para vivir una vida gozosa y libre… ¡pero en Él!
Conocerle a este nivel me ha hecho muy bien. Hoy puedo decir que le amo, y ese amor sigue creciendo y creciendo, nunca deja de crecer. En Él nunca dejas de aprender. ¡Siempre hay algo nuevo! En Él está la vida.
En ese proceso de una década descubrí la vida en Él. Lo que verdaderamente le agrada y lo que no. Él, en lo oculto, en lo secreto, me enseñó a vivir una vida agradable ante Él, quien TODO LO SABE. Y eso me llena de gozo y felicidad.
Muchos pueden tener su opinión, pero siempre sabré que es solo una opinión de alguien que cree saber la verdad de las cosas. Dios es el único que conoce todas las cosas, pues ante El, todas las cosas esrilanquésn expuestas.
Hoy puedo decir que su presencia es mejor que la vida, que amo su presencia, que su presencia ha llegado a ser lo más importante. Sin su presencia en mi vida, todo sería vacío, sin esperanza, sin sabor… ¡Pero en Él me siento completa y satisfecha! Él sacia la sed del alma.
Solo en Él podemos vivir una vida libre, donde el pecado no tiene potestad sobre ti. Pues quien le ama y le conoce no practica el pecado. Y si cae, como dice la palabra, tiene un abogado que lo defiende. Su misericordia es nueva cada mañana.
Búscale de todo corazón, atrévete a rendirte ante Él y buscarle con todo tu ser. ¡Lo vas a encontrar y te aseguro que te vas a enamorar de Él! Pues cuando vayas conociéndole, irás enamorándote más y más, y un día te hallarás amando tu vida, porque entenderás Su amor, que es incondicional. ¡Aquí quiero seguir escribiendo! Cuando escribo, puedo expresar mis más íntimos pensamientos y palabras.
Dios te bendiga,
Arelis Marte